¿Sabes por qué las famosas pulseras Power balance hacían que todo el mundo tuviese más equilibrio y elasticidad? O ¿Por qué las empresas ofrecen grandes descuentos constantemente?
Pues lo creas o no, ambas preguntas se pueden explicar de la misma forma, con los sesgos cognitivos. Ser consciente de ellos te puede ayudar a entender tu entorno y a ti mismo mucho mejor.
Tiempo de lectura 5min
Soy Enrique Lechuga, ¿mi misión? aportar valor a mi círculo a través de aprendizajes útiles para la vida.
Los sesgos cognitivos son una de esas cosas que se deberían enseñar en el colegio. Su conocimiento nos puede hacer más felices, si si, no estoy diciendo ninguna tontería, conocer los sesgos es una herramienta perfecta para entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Esto nos permite interpretar mejor nuestras emociones y dirigir nuestras acciones hacia lo que nos hace más felices y este es el objetivo principal de la vida ¿no?
Para entender que son los sesgos cognitivos primero tenemos que saber un poquito sobre como funciona el cerebro. Os resumo lo que tenéis que saber en 4 datos muy curiosos:
El cerebro está siempre trabajando. Manda información a todas partes del cuerpo, estemos despiertos o dormidos.
Procesamos unos 60.000 pensamientos al día.
En total el cerebro consume un 25% de la energía del cuerpo.
Pesa solamente un 2% del total de nuestra masa corporal.
Claro, esto no ha sido siempre así, probablemente nuestros antepasados australopithecus no gestionaban tantos pensamientos. Pero la evolución de nuestra especie, ha hecho que desarrollemos un cerebro diferente al del resto del mundo animal. Por simplificar, diremos que somos complejos y claro, cada pensamiento consume energía, energía que por supuesto es limitada. Aquí amigos míos es donde aparecen los sesgos.
Los sesgos son "atajos" que ayudan a tomar decisiones de forma rápida y consumiendo la mínima energía posible. Es lo que hace que en 2010 todos nos comprásemos la pulserita de Power balance para ver como nuestros brazos se estiraban más y podíamos tocarnos las manos por detrás de la espalda ¡Menuda nos colaron! Este sesgo en concreto se llama “efecto arrastre” y nos hace creer algo por el simple hecho de que muchas personas lo creen. Probablemente esto tendría algún sentido en pasado, cuando todos los humanos con pelo con los que convivíamos creían que cierta baya salvaje era comestible y tú, te la comías también.
Veamos un caso práctico:
Un cerebro CON sesgos simplifica la decisión ante un estímulo así:
Un cerebro SIN sesgos funcionaría así:
Espero que haya quedado mas o menos claro que son los sesgos y su naturaleza. De todas formas, es mucho más fácil de comprender con ejemplos concretos. En las próximas entregas de la newsletter los explicaré.
Por último, me he dejado para el final una mala noticia… no podemos hacer nada para controlarlos, al menos a largo plazo. Debemos limitarnos a conocerlos para adquirir mejor consciencia sobre nuestra conducta y objetividad sobre las situaciones. Esto se puede trasladar en mejores decisiones futuras pero no hay recetas mágicas para no tener sesgos.
En cierto modo se puede trabajar contra ellos, podemos desarrollar determinados hábitos que nos permitan controlar un sesgo en un momento concreto, pero son muchos sesgos y la cabra tira al monte, difícilmente podremos tenerlos controlados todo el rato. Cada sesgo se puede trabajar de una manera diferente, lo iremos viendo, pero de momento os dejo un listado y consejos para combatir los sesgos.
Te dejo la segunda parte aquí:
Espero que te haya gustado la entrega de hoy, como siempre te dejo:
Una encuesta
Un refrán
La cabra tira al monte